viernes, 23 de noviembre de 2012

"¡BASTA!" gritó y no supo como seguir con la frase. "¿A donde voy?" preguntó, y nadie le supo responder. "Estoy sola" dijo en un suspiro, y una señora anciana que estaba cerca de ella le asintió con la cabeza. Cerró lo ojos, en muestra de dolor, y aún con los ojos cerrados preguntó: "¿No hay salida, verdad?" al abrir los ojos, la anciana ya no estaba.

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