"¡BASTA!" gritó y no supo como seguir con la frase. "¿A donde voy?" preguntó, y nadie le supo responder. "Estoy sola" dijo en un suspiro, y una señora anciana que estaba cerca de ella le asintió con la cabeza. Cerró lo ojos, en muestra de dolor, y aún con los ojos cerrados preguntó: "¿No hay salida, verdad?" al abrir los ojos, la anciana ya no estaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario