Hoy, un día extrañamente raro.
Caminaba libremente, reflexionando sobre la vida por Avenida Mitre mientras veía volar las livianas y marchitas hojas de los árboles, tal como son en esta época. Estaba sola en la calle, y es raro porque usualmente es el lugar más transitado de la localidad, ya que es una peatonal comercial, pero bueno, sigamos... Iba en mi mundo, flotando junto con las hojas cuando de repente todo se hace obscuro.
Sentía dolores fuertes e indescriptibles, sentía como de pronto ya no tenía ganas de nada, ni fuerzas para levantarme.
Caminaba tranquila pensando en mi futuro, si estudiar Arquitectura o Diseño Gráfico. Pensaba en casarme con el hombre que me haga feliz, en formar una familia, en tener nietos. Pensaba en la posibilidad de algún día hacerme famosa por alguno de mis escritos hechos como pasatiempos. Pero, al estar soñando despierta tan concentrada, no pensé el futuro posible en el que me atropella el auto.
En un momento todo ese dolor se alivio, fue quitarme un peso de encima para al fin, poder flotar libre como las hojas con ese fresco viento de otoño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario