viernes, 17 de agosto de 2012
Soy una mentira
Me llegó, me llegó esa frase hasta lo profundo de mi ser y me destruyó en pedazos.
Había leído esa frase ya muchas veces pero... será por terquedad, será por idiotez, pero no me había llegado en lo más mínimo.
Soy una mentira.
¿Porqué? porque los últimos años de mi vida los pasé inventando cosas irreales y estúpidas en su más absoluta concepción. Para no sentirme menos, para no quedar como que tenía una vida aburrida, para no ser menos que otro. Y ahora, miro hacia atrás y no veo nada. No veo nada porque no logré nada con eso, y yo lo sé, y lo supe siempre, pero me negué a verlo, como todo el tiempo hago, y ahora me di contra la pared.
Aún no entiendo el motivo inicial de porqué lo hice. Sospecho que fue para captar la atención. Una chica con una vida agitada siempre es mejor vista que una chica de vida aburrida a la que no la dejan salir a bailar, o ir a dormir a la casa de una amiga, y se la pasa en tumblr, twitter o facebook, siendo totalmente antisocial (eso pensaba en aquel entonces).
Me encantaría ir uno por uno con los que alguna vez le dije una mentira y decir "te mentí en esto, esto, esto, y esto", pero no puedo. ¿Saben porqué? porque ya no tengo el control de a quién le mentí y a quién no. Porque estoy segura que a todos alguna vez les habré dicho alguna pequeña cosa que fue mentira, pero lo fue y se lo dije. Y no poder pedirles disculpas a quienes les mentí, me angustia. Pero no por no poder pedir disculpas, porque en realidad sé que eso no modifica nada, lo que modifican las cosas son los hechos. Pero me angustia pensar que fui tan falsa y egoísta, que a todo el mundo le mentí alguna vez.
No me puedo mirar al espejo sin ver al rededor mío todas las mentiras. Esta bien, fueron hace un montón de tiempo, pero igualmente la conciencia nunca descansa.
Recuerdo a Patricia, a Darío, a Pamela, las noches que presuntamente salía con ellos, que sabía andar en skate, que hacía tenis, que estaba de novia, etcétera. Puras mentiras.
Me cuesta dejar de mentir, ya es algo psicológico.
No quiero que me lastimen, entonces pongo como escudo una capa de mentiras para que si algo ocurre, ya sea que me digan algo, me critiquen, me burlen, o cualquier otra cosa, golpee contra la muralla de mentiras y no contra la verdad. Y así no hacerme daño yo. Pero últimamente me siento muy extraña. La conciencia cada vez se me hace más difícil de llevar, las mentiras se hacen cada vez menos recurrente pero igualmente están ahí, asechando y esperando el momento en el que mi cabeza me juegue en contra y una de ellas salga disparada como por un misil, no saben cuanto me molesta eso.
Además, la gente está perdiéndome credibilidad, odio decir algo y que automáticamente me miren para ver mis reacciones y así pensar si estoy mintiendo o diciendo la verdad. En cierto punto está bueno, me ayuda a no decir mentiras para no ensuciar más mi imagen, pero por otra parte es horrible porque me siento una desconocida entre ellos, alguien que se está integrando, a la que están conociendo y no le tienen mucha confianza.
Quiero dejar de mentir, pero no sé como. Sinceramente pienso que necesito un psicólogo, pero a mis padres no les importa. No les interesa que yo me esté derrumbando y que pueda llegar a hacer cosas graves.
Pero les juro que yo quiero cambiar eso, como muchas otras cosas, quiero cambiar, pero siento que ya no depende solo de mi. Porque ya entendí que yo sola contra mi misma... no puedo.
Bien, espero que esto haya logrado destapar y descargar algo de toda la basura podrida que tengo dentro mío. Esto, quiero aclarar que es solo una parte.
Carpe Diem.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario