Irónico nombre. Yo lo siento tan frío, y tan ardiente a la vez.
Escucho a las brasas quejarse en mis oídos; casi tan fuerte como me gustaría escucharte gritando mi nombre. Vos estas frío, yo soy una brasa.
Y es en noches como ésta que me gustaría abrazarte. Por que sé―o supongo―que el frío de Ushuaia es lo suficientemente distante para congelar un suspiro. O un corazón. Es lo suficientemente sensato como para alejarte de mí.
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