domingo, 10 de enero de 2016

Máscara(s).

Al igual que la última flor colorida de jacarandá en fecha otoñal, tu máscara va cayendo lentamente al suelo. Y todos logran ver quién realmente sos.
Como una hiena disfrazada de cordero; como el veneno que sos, en un frasco de aspirinas. Como un huracán: apareces, destrozas todo lo que encontrás a tu paso, y te vas en paz. Como si nada hubiese pasado, como si el daño no hubiese sido concretado.
Tus traiciones me duelen casi tanto como tu existencia. Quisiera verte desaparecer.
No puedo saber si en quién confío va a traicionarme alguna vez, pero puedo asegurarme de que no vuelvan a hacerlo.
Estás estancada porque vos decidiste estarlo. Volviste al punto de partida, una vez más.
Al fin todos ven realmente tu rostro. La máscara ya no está, no podes actuar un papel sin guionar.
¿De qué vas a camuflarte ahora, camaleón?

No hay comentarios:

Publicar un comentario