lunes, 4 de enero de 2016

Infiernos.

Y así fue como la frustración y el miedo pudieron con todo.
Cada gramo de valentía que yacía en mi cuerpo se desvanecía con la idea de que él no me amase. Poco a poco consumí infiernos que me hicieron abrazarme a las personas equivocadas solo para creer que alguna vez volvería a sentir ese calor humano que alguna vez me supieron dar. Y apareció él.
Como una luz en una ruta anochecida. Como un faro en la tormenta. Como un camino devuelta a casa; apareció. Pero no hizo nada de lo que creí. Me llevó por lugares tormentosos y llenos de dolor. Me dejó reposar sola en las zonas más tortuosas de mi cabeza. Me hizo querer arrancarme el corazón del pecho y no volver a tener que vivir ningún infierno más.
Hoy me pregunto si vale la pena tanto dolor por un poco de amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario